Laura, una mujer de 72 años de México, es el ejemplo perfecto de cómo una pequeña idea y algo de habilidad pueden ayudar a evitar riesgos innecesarios para la salud y ahorrar miles de pesos en gastos médicos.
Como la mayoría de las mujeres, Laura no tenía suficiente dinero para comprar todas las “cremas milagrosas" anti-arrugas que son publicitadas por las celebridades, mucho menos, procedimientos médicos costosos como cirugía plástica o eliminación de arrugas.
Antes de intentar este simple truco, ella admite que todos los días solía pasar casi una hora en tratamientos de la piel con 6 productos diferentes y con resultados completamente decepcionantes. Cada producto hizo grandes promesas de eliminación de arrugas y que su piel se vería mucho más jóven; Laura seguía cuidadosamente todas esas instrucciones pero no vio resultados reales.
Frustrada y sin ánimos, estuvo a punto de pedir un préstamo para acudir a inyecciones de Botox, también pensó en hacer un procedimiento quirúrgico de eliminación de arrugas de alto riesgo y muy caro. Sin embargo, el alto costo (alrededor de $30,000 a 100,000+ pesos mexicanos) y las historias de horror acerca de los procedimientos negligentes irremediables, la convencieron de que los tratamientos cosméticos no eran lo que ella estaba buscando. Estaba decidida a encontrar una solución anti-envejecimiento segura y económica para darle resultados reales y no lanzarse a un agujero financiero del que no podría escapar.
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